Cuando corrija a su hijo, evite los gritos y diríjase a la conducta y no al sentimiento o a la persona. Frases como: » Que niño tan desobediente», » Que hija tan necia», son dichas por casi todos los padres, con frecuencia. Y son contraproducentes, porque califican la personalidad del niño y no la acción. Es muy diferente decir:»Tu cuarto está en desorden» a». tu eres desordenado».
Lo mismo sucede con enunciados como:» Eres una llorona» o «deja de ser tan malgeniada». Es mejor decir: » Estás llorando», » ¿Quieres compañía»?,»Estás de mal genio, ¿Que sucede?».
Cuando este tipo de oraciones que califica es usado a menudo, los niños pueden crecer con un concepto muy pobre de sí mismos.
Además ,cuando los padres critican fuertemente a los hijos, les están enseñando que en realidad son malos.
Suplicar no sirve. Hay momentos en que no debe decir » por favor». Cuando usted le dice a su hijo : «Por favor, ven te estoy esperando,nos vamos ya, te suplico», él solo ve un padre o una madre totalmente dedicados y que, además, no pueden con él. Dígale mejor: «Nos vamos ya».
No compare ni clasifique a sus hijos.»Es que tu hermano si obedece y tú no», o » tu hermana es la juiciosa y tú el necio» . Frases como esta solo generan rabia y rencores, dañan las relaciones entre los hermanos o los amigos con quienes se compara y son nocivas para la autoestima.
Use pocas muy pocas palabras. A los niños les aburre los sermones y las explicaciones largas.. «Ponte los zapatos, vamos tarde» puede ser más efectivo que » Vamos para una cita donde el doctor. Tú estás enfermo,sino te pones rápido los zapatos no te puede atender y no hay más citas. Y de pronto nos toca ir donde otro médico que no conocemos…,».
Hay peleas que vale la pena dar, pero otras están perdidas desde un comienzo. Es muy importante decidir que discusiones tienen sentido con los hijos.
Si desde pequeños usted les ha mostrado límites claros, en la adolescencia negociará con ellos sobre bases sólidas y desarrollarán una comunicación abierta.
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